En esta serie de artículos lo cuento todo sobre la compra, mantenimiento y disfrute de mi Eunos Roadster, un Mazda MX-5 llamado Puck…
Cuando usas un coche viejo regularmente como yo con nuestro pequeño Mazda, a menudo hay pequeños problemas a los que no se da mucha importancia. A veces incluso ni siquiera te percatas o los asumes como parte de la experiencia de conducir tu trasto. Pero a la larga se convierte en un trastorno que te va atacando los nervios poco a poco.
Éste ha sido el caso de las ventanillas de nuestro Puck. Desde que lo compramos ambas bajaban y subían con exasperante lentitud, lo que muchas veces me llevaba a dejarlas levantadas cuando a mí lo que me gusta aparte de conducir abierto es sentir la carretera aún más cerca sin ventanillas que obstaculicen el aire, los olores y los sonidos.

Así que por fin, POR FIN, después de poco más de tres años de paciencia y otras prioridades, me he arremangando yo mismo y me he propuesto echar un vistazo a ver si puedo mejorar la situación. Por supuesto, el primer paso ha sido consultar videos y fotos en internet y afortunadamente ésta es una fuente inagotable de grandes expertos en todo tipo de intervenciones en nuestros MX-5.

Como siempre, nuestros Miata están construidos de manera sólida y sencilla a la vez y las puertas/ventanillas no son una excepción. Desarmados el reposabrazos, un tornillo en el tirador y la tapa del altavoz, se tira de carenado interior de la puerta con cuidado de no romper los clips, se tira hacia arriba del mismo y ya lo tenemos! Ahora hay que apartar con cuidado el plástico que protege el carenado (que es de DM o similar) de la intemperie. Este plástico va pegado con una masilla muy pringosa, ojito con las manchas.
A continuación, inspeccionamos la zona por si algo está obstruyendo el mecanismo de subida y bajada de las ventanillas. En mi caso todo parecía estar bien en la puerta derecha pero en la izquierda una de las guías de plástico estaba rota y tuve que sustituirla:

Por lo demás, se trataba de engrasar los dos carriles por los que corren las guías de cada ventanilla, a ver si se solucionaba la exasperante lentitud con la que se movían las ventanillas. Soltando cinco tuercas (dos de los topes para que no se salgan los vidrios y tres que sujetan estos al mecanismo) y tirano hacia arriba sacamos la ventanilla con cuidado y la posamos en algo blando con cuidado de no rallarlo o romperlo, claro.

En mi caso usé grasa de teflón, extendida a lo largo de los dos raíles y las guías que van sujetas a las ventanillas. Además, es buena idea poner algo de grasa más líquida (yo usé una de litio) en el carril longitudinal por el que corre la ventanilla cuando sale de la puerta.
Para armar todo, simplemente hay que desandar los pasos que he relatado, siempre con mucho cuidado al reintroducir la ventanilla para que no tropiece con el mecanismo o los cables. El resultado final ha sido mágico, ahora las ventanillas del Mazda suben y bajan ágilmente y además he eliminado un ruido en la puerta derecha que tenía toda la pinta de ser la ventanilla que temblaba por no estar debidamente ajustada en el carril.

También he sustituido estos topes (los llaman «nipples» o pezoncillos en inglés) de los cierres del techo, que se habían partido y contribuyen decisivamente a que el cierre sea más hermético:

Por último, una modificación (en principio) sencilla que he acometido ha sido sustituir los bloques de goma en que se apoyan las puertas. Los bloques estándar no llenan del todo el receptáculo en el que entran al cerrar la puerta y además el material es relativamente blando. Sustituyéndolos por unos más duros (en mi caso unos Taikan de Kenauto hechos de “delrin”) dan (se supone) más solidez a las puertas y por extensión reducen la torsión de la carrocería en las curvas y zonas bacheadas, reduciendo a la vez en parte el traqueteo producido por dicha torsión.
Mi impresión es que funcionan, aunque no sé si es más bien autosugestión. Lo que sí es seguro es que ahora el sonido de las puertas al cerrar es mucho más sólido. Eso sí, se me fue casi una hora en pulir cada bloque para que ajustara a la perfección, ya que los venden un poco más grandes de la holgura del receptáculo donde deben encajar.

En general, como siempre, no cuento de forma muy exhaustiva los montajes y desmontajes, ya que como siempre mi objetivo con estos artículos es que neófitos como yo se animen, que luego todo es más simple de lo que parece. Pero como soy un aficionado, no asumo ninguna responsabilidad respecto a las indicaciones de éste u otros artículos y os recomiendo encarecidamente ver algún video en internet y/o consultar con un experto si quieréis acometer trabajos en vuestro Mazda MX-5.
Aparte de estas cosas, no tengo fotos pero en las últimas semanas nuestro Puck ha pasado bastante tiempo en el taller ya que le hemos hecho cambiar el embrague y los silent blocks de las suspensiones delanteras y traseras. En el caso del embrague, no patinaba pero no “mordía” con energía y era cuestión de (poco) tiempo que dejara de cumplir su función, así que tras tres años con nosotros y sin saber cuándo se había cambiado, nos hemos lanzado.
En cuanto los silent blocks, éstos son bloques de goma que amortiguan las vibraciones entre diferentes elementos mecánicos, en este caso de la suspensión. El Mazda MX-5 de primera generación tiene 22, ni más ni menos, y como en todos, con el tiempo es lógico que se agrieten y/o endurezcan y dejen de cumplir su función. Así que tras 25 años y buscando un mejor comportamiento, me he lanzado a cambiarlos, eso sí, por un experto en la materia ya que a tanto no me atrevo.
Con todas estas modificaciones, mi disfrute conduciendo nuestro Puck sigue aumentando si cabe…!
DH
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