Estos son los coches que cumplen 30 años en 2022, uno de los requisitos para matricularlos como históricos aunque no todos son clásicos todavía…
Ahora que acaba de comenzar como quien dice el nuevo año, ¿qué mejor momento para recordar los coches que van a cumplir 30 años en 2022? Porque ya se sabe que ésta es la edad con la que los vamos a poder matricular como históricos. Siempre que estén conservados y mantenidos en condiciones históricamente correctas y que no sean utilizados como medio de transporte diario.
Aunque hay que decir que desde finales de los ochenta nos vamos encontrando con modelos que difícilmente encajan en el concepto tradicional de clásicos. Lo que sí hayq ue decir es que 1992 fue un año ciertamente prolífico en cuanto a automóviles se refiere. Por último, viendo alguno de ellos seguro que tú, sí, tú… dirás “¿tanto tiempo ha pasado?”. Aunque a lo mejor por otro lado tú, sí, tú… aún no habías nacido. En fin, vamos a ello…
Dodge Viper RT/10
Tras ser el rey en la época dorada de los muscle cars, en los ochenta la marca Dodge tenía poco más que ofrecer aparte de coches compactos sin alma. Así que Bob Lutz, jefe de operaciones del grupo Chrysler, pensó añadir a la gama un deportivo al más puro estilo americano, inspirándose sobre todo en el brutal Shelby Cobra. En aquellos años la Chrysler no andaba muy boyante económicamente pero con la ayuda del mismísimo Carroll Shelby se pudo obtener luz verde al proyecto. El resultado fue justo lo que Lutz andaba buscando: un deportivo puramente americano con un brutal V10 afinado por Lamborghini bajo el interminable capó y unos tubos de escape laterales que en algunos países ni siquiera se pudieron homologar.
Eso sí, el coche era espartano a más no poder, con unas ventanillas laterales de plástico de quita y pon y un techo igualmente rudimentario. E igualmente clásico americano era su comportamiento en curvas pero daba igual porque toda la diversión venía de su brutal potencia en línea recta a la vez que el rugido del motor sacaba una sonrisa al más escéptico. Presentado en 1989, en 1992 comenzaron las entregas a clientes y finalmente se hicieron 8.468 unidades de esta primera serie hasta 1998, de los cuales 1.802 recibieron una carrocería coupé.
Ferrari 456 GT
¿Quién se acuerda ya del 456? La respuesta es casi nadie y eso se ve también en los precios (relativamente) irrisorios a los que se cotiza hoy en día. Precios que sorprenden si hablamos de un Ferrari de la vieja escuela, con su motor V12 con cambio manual y una silueta atemporal y bastante discreta. Sí, puede que su diseño muy redondo y poco atractivo en algunos aspectos sea la causa de que este modelo de Maranello sea tan poco demandado hoy en día. Pero si vemos más allá del impacto visual inicial, el 456 es uno de los últimos de su extirpe y por tanto es moderno sin agobiar con tanta electrónica como tenía alguno de sus coetáneos teutones – ni siquiera montaba navegador. Eso sí, encontrar uno con cambio manual será realmente complicado, pues desde su creación fue más bien un Gran Turismo para devorar kilómetros y poder recorrer largas distancias con gran velocidad y comodidad. Se hicieron 3.289 unidades hasta 2003.
Jaguar XJ220
Tras unos años integrada en la empresa pública British Leyland, en 1984 Jaguar fue una compañía independiente. Fue en esta época cuando en torno a Jim Randle, ingeniero jefe de Jaguar, comenzó a reunirse el llamado «Saturday Club» o Club del Sábado. El (un poco anárquico) grupo de empleados había decidido crear en sus ratos libres un Jaguar digno de competir con el Ferrari F40 y el Porsche 959. Su objetivo fue diseñar el vehículo legal de calle más rápido del momento, capaz de alcanzar 354 km/h, equivalente a 220 millas por hora – de ahí su nombre. Una vez obtenido el apoyo ejecutivo, se diseñó un espectacular primer prototipo que montaba un V12 de 6,2 litros y tracción a las cuatro ruedas.
En principio no se había pensado en producir el coche en serie pero el entusiasmo del público y un estudio de viabilidad positivo llevaron a la marca (que en 1990 pasaba a manos de Ford) a anunciar una producción limitada. Se recogieron depósitos de 50.000 libras por parte de unos 1.400 interesados ni más ni menos. Sin embargo, por diversas razones de costes y emisiones, el resultado final fue un coche más corto que el prototipo y montando un motor de tan sólo seis cilindros; también la tracción a las cuatro ruedas había desaparecido. Y los pilotos traseros acabaron siendo los del Rover 200. Con todo esto y coincidiendo con la crisis económica de principios de los 90, muchos exigieron la devolución del depósito y a la marca le costó vender las 282 unidades que finalmente produjo hasta 1994.
Autozam AZ-1
Los “kei cars” japoneses son una clase de coches diminutos con sus dimensiones y prestaciones restringidas diseñados con la idea de compensar la falta de espacio en las grandes ciudades niponas. A cambio, tienen un precio asequible y disfrutan de ventajas fiscales. Ah, y en general por su propio concepto eminentemente práctico son bastante aburridos. Pero a finales de los ochenta, con economía en pleno auge, Suzuki comenzó a desarrollar un “kei car” que fuera divertido de conducir y realizó varios prototipos.
El proyecto más radical resultó demasiado extremo y fue asumido por Mazda. El resultado fue este cochecito con un motor turbo que daba 64 CV pero con un peso de poco más de 700 kg. Y una apariencia que con un poco de imaginación toma elementos de los Testarossa, F40, RS200 o Countach. En la época Mazda creó varias marcas según el tipo de coche y así nacieron Eunos y ɛ̃fini y también el AZ-1 se vendió bajo una marca nueva que llamaron Autozam. Finalmente, el precio demasiado alto y la recesión japonesa hicieron que la producción se parara prematuramente en 1994 tras apenas 4.392 unidades producidas, incluyendo unos pocos vendidos como Suzuki Cara.
Renault Twingo
Para algunos es quizás aún demasiado pronto para reconocerlo pero otros ven en la primera generación del Twingo la continuación de la tradición de grandiosos utilitarios franceses. Para ello, el interior tenía mucha luz y buena visibilidad hacia fuera pero sobre todo era modulable: quitando los reposacabezas, el respaldo de los asientos delanteros se pliega completamente hacia atrás obteniendo una superficie de descanso de dos metros de largo enrasada con el asiento trasero, que también se pliega hacia atrás.
Con el techo plegable opcional y el cambio manual sin embrague, ya tenías un utilitario realmente especial. Exteriormente, el equipo del algo controvertido diseñador Patrick LeQuement se basó en un proyecto de unos años atrás del fabricante polaco FSM, que por razones financieras no los había desarrollado ni renovado la patente. El equipo le puso la guinda con esa cara tan alegre y el conjunto fue todo un éxito: la producción se paró en Francia en 2007 pero siguió en Colombia hasta 2012, completando más de 2,6 millones de unidades.
Honda CRX Del Sol
Ya pocos se acuerdan de este cochecito pero en la época según el país fue aclamado como un pequeño deportivo por derecho propio. Y no sólo por su configuración de coupé con dos plazas, sino por su motor VTEC de 1,5 o 1,6 litros que en ciertos mercados daba hasta 170 CV. Y luego estaba ese “gadget” que lo hizo inconfundible: el techo de aluminio que se guardaba en la tapa del maletero. Un proceso que opcionalmente podía ser eléctrico, de manera que al abrirse el techo se desplazaba hacia atrás para ser “recogido” por la tapa del maletero, que subía, se lo “tragaba” y luego volvía a su posición habitual, haciéndolo desaparecer por completo. Se hicieron 74.936 unidades hasta 1998 pero el concepto no tuvo sucesor.
TVR Chimaera
La marca TVR se llamó así a partir de las iniciales del nombre de pila de su fundador, Trevor Wilkinson. Su historia es de lo más peculiar y es que ha pasado por varios dueños que han marcado diferentes épocas, aunque siempre ofreciendo automóviles con mucho carisma y una identidad muy marcada y particular. Entre 1981 y 2004 vivió quizás su época dorada bajo la dirección del ingeniero químico Peter Wheeler. Con él se lanzaron multitud de modelos, especialmente durante los noventa y los primeros años del nuevo siglo.
Montando como otros modelos un V8 de origen Rover, el Chimaera debió su nombre a una criatura monstruosa de la mitología griega y se concibió como el Gran Turismo de la gama y por tanto se hizo más largo y espacioso que su hermano el Griffith y con una suspensión ligeramente más cómoda. Eso sí, ambos compartieron otra característica no tan notable de la marca: una fiabilidad que brilló por su ausencia y puso constantemente a prueba la paciencia hasta de los fans más incondicionales de la marca. Aún así, se hicieron 5.256 unidades del Chimaera hasta 2003, una cifra que no está nada mal para un fabricante tan pequeño.
Lancia Hyena
El Lancia Hyena nació gracias a la iniciativa del restaurador y coleccionista de coches clásicos holandés Paul V.J. Koot, quien quiso fabricar una versión coupé del HF integrale «Evoluzione». Para ello recurrió Zagato, el diseñador italiano, que creó una forma no carente de atractivo. A priori la idea resultó muy atractiva, pues se trataba digamos de vestir con una carrocería especial una de las mecánicas más atractivas del momento. Inicialmente se planeó una producción de 75 ejemplares pero el proyecto se torció, acaso a la hora de diseñar el proceso productivo.
Y es que para hacer cada una de las 24 unidades, los coches base se compraban nuevos directamente de Lancia en Italia y se llevaban a los Países Bajos, donde se les despojaba del interior. Luego los coches se enviaban de regreso a Italia para que en la fábrica de Zagato modificaran los chasis y les pusieran las nuevas carrocerías de aluminio. Luego, cada Hyena se reexportaba a los Países Bajos para recibir el equipamiento interior final. Como es de imaginar, ni con un precio de 210.000 francos suizos se pudo evitar que el resultado financiero de la operación fuera catastrófico. Así, no es de extrañar que sólo se hicieran 25 unidades hasta 1993.
McLaren F1
Para capitalizar sus éxitos en Fórmula 1, a finales de los ochenta McLaren decidió fabricar un coche de calle que fuera el no-va-más en todos los sentidos y tres décadas (parece mentira…) más tarde la maravilla que crearon todavía sigue siendo en muchos sentidos un referente – también en cuanto a su belleza. La obsesión de su diseñador, el ingeniero Gordon Murray, fue ahorrar peso, para lo que usó materiales my innovadores para la época.
El resultado fueron unos increíbles 1.138 kg para los 627 CV que daba el motor BMW V12, que unido al fabuloso chasis proporcionaban una experiencia de conducción totalmente fuera de lo normal. Sobre todo también gracias a ese asiento del piloto en posición central, una idea que curiosamente nadie ha copiado. Se hicieron apenas 106 unidades hasta 1999. Ah, y no dejaré de mencionar esos retrovisores provenientes del Vokswagen Corrado…
MG RV8
El del lanzamiento del Mazda MX-5 en 1989 y su posterior (e inesperado) llevó a otros fabricantes a ofrecer alternativas. En el caso de Rover desarrollar un nuevo modelo desde cero no era posible por falta de fondos, así que se tomó la decisión de actualizar el venerado MGB que había fabricado entre 1962 y 1980. Para ello se contó las carrocerías que la propia marca había empezado a fabricar en pequeñas cifras para los restauradores. La suspensión solo se actualizó ligeramente, lo que incluía también la trasera de ballesta.
Tampoco se actualizaron mucho los frenos de tambor traseros. Bajó el capó instalaron un V8 de aluminio de 3,9 litros, similar al utilizado anteriormente en el MGB GT V8. Cada coche, cuyo interior se terminó al modo clásico con madera de olmo y cuero Connolly, se fabricó de forma artesanal. Pero debido a su altísimo precio y a la tecnología desfasada apenas se fabricaron 1.983 unidades, de las cuales 1.579 fueron vendidas en Japón.
Otros coches que cumplen 30 años en 2022
A continuación dejo otros coches que cumplen 30 años en 2022, aunque algunos tardarán algo más que otros en ser considerados clásicos…
Todos los créditos de las imágenes corresponden a las propias marcas.
DH