Los vehículos para el transporte de coches de carreras forman parte indispensable de la competición, aquí repaso algunos que son auténticos clásicos…
Cuando en 1966 los tres Ford GT40 cruzaban la meta de las 24 Horas de Le Mans uno al lado del otro, la Scuderia Ferrari ya se preparaba para volver a Maranello. Habiendo aplastado a la competencia en los últimos años, los italianos no estaban acostumbrados a la derrota y menos una tan clara. Así que dando la espalda a las celebraciones de los americanos, los italianos se dispusieron a preparar el transporte de sus coches de carreras sobre los camiones.
Sí, siempre estuvieron allí: ya fuera abandonando la escena o llegando al circuito con su carga brillante. Siempre presentes pero en un segundo plano, como un mero accesorio. Sin embargo, hoy en día algunos de estos vehículos de antaño destilan fascinación y bien merecen un homenaje. Os invito pues a repasar brevemente su historia y cuáles fueron algunos de los más destacados.
Las carreras son casi tan antiguas como el mismo automóvil. A causa lógicamente del espíritu competitivo del ser humano, pero también por el deseo de demostrar a los clientes potenciales la calidad y fiabilidad de aquellos primeros automóviles. En general en estos primeros años los bólidos se desplazaban por sus propios medios hasta el lugar de la carrera, a menudo conducidos durante horas o días por los mismos pilotos.
Estos desplazamientos forman parte de la épica de aquellos años pioneros. Ahí tenemos como botón de muestra la historia que contaba Enzo Ferrari sobre su experiencia de joven piloto haciendo el trayecto Milán-Sicilia para disputar la Targa Florio en 1920. Toda una aventura que empezó bajando por la “bota” hasta Sicilia atravesando una tempestad de nieve, durante la que Ferrari y su colega fueron rodeados por lobos.
Para evitar estos percances y con la profesionalización de los años siguientes, los equipos con mayor presupuesto comenzaron a transportar sus coches de carreras en remolques o camiones. Así por ejemplo, para el Gran Premio de Francia de 1924, Ettore Bugatti llegó conduciendo uno de sus seis bólidos T35. Pero detrás iba su séquito, incluyendo dos camiones con remolque, tiendas, duchas y comida para 45 personas.
Desde entonces, el transporte de coches de carreras, mecánicos y piezas forma parte indispensable de la competición y algunos han hecho historia. Veamos cuáles fueron los más fascinantes…
El Mercedes-Benz “Blaues Wunder”
El vehículo más llamativo y legendario jamás creado para este fin estuvo en servicio muy poco tiempo. Creado por el departamento de prototipos de la marca de Stuttgart, el “Blaues Wunder”o Milagro Azul se construyó a instancias del legendario Alfred Neubauer (jefe del equipo de competición de Mercedes-Benz entre 1926 y 1955) para el transporte de los coches de carreras de la marca de la estrella.
Para construirlo, se tomó la base mecánica de una limusina 300 S combinada con partes de la carrocería de un 180 y un motor muy especial: ni más ni menos que el mismo que propulsaba el 300 SL, en su época el coche de serie más rápido del mundo. Esta maravilla de 6,75 metros y dos de ancho vio la luz en 1954, pero como hemos dicho, su “vida” profesional fue extremadamente corta. Los aficionados lo saben bien: el año siguiente un Mercedes-Benz se estrellaba contra las gradas en Le Mans provocando la muerte de 85 personas y tras el brutal accidente, el equipo alemán decidía retirarse de todas las competiciones automovilísticas.
El “Blaues Wunder” se quedó así sin trabajo y fue presentado en exposiciones en EEUU y luego usado como vehículo de pruebas en Stuttgart. Finalmente, viejo y desfasado, en 1967 el vehículo acabó siendo desguazado. Fue a finales de los años 90 cuando, tomando como referencia las fotos que quedaban del original, la compañía MIKA GmbH construyó una réplica por encargo de Daimler, que desde entonces lo expone en su museo en Stuttgart. El presentador y coleccionista Jay Leno es el orgulloso propietario de una segunda unidad.
El Pegaso “Bacalao”
Este fascinante camión, diferente a cualquiera fabricado antes o después, también acabó desguazado, aunque estuvo en servicio activo mucho más tiempo. Su historia comienza en 1952, año en que ENASA encarga su fabricación a la empresa de Zaragoza Carde y Escoriaza sobre la base de un autobús Pegaso Z-401, con la intención de exponerlo en la feria de muestras de Barcelona de ese año.
Se cuenta que no llegó a aparecer por la Ciudad Condal, pero enseguida fue destinado a transportar los míticos deportivos de Pegaso, ya fuera a Le Mans (donde no llegaron a participar) o en las pruebas de velocidad del Bisiluro. Sus 11 metros de largo y 2,50 de ancho le dan una capacidad de carga inmensa.
Tras el final de la aventura de los coches deportivos de Pegaso, el Bacalao (cuyo apodo por cierto responde naturalmente a su peculiar forma) prestó ante todo sus servicios como vehículo de asistencia técnica a los camiones de la marca. Y en los siguiente años su vida fue intensa y variopinta: hay fotos suyas en eventos ciclistas, usado por los Amigos de los Coches Veteranos de Barcelona, en el Rally Vecchio Piemonte en Italia y usado a finales de los 60 por el Equipo Nacional Calvo Sotelo Montjuich. Finalmente, consta su baja por desguace con fecha 11 de mayo de 1970.
Los Mercedes-Benz 0317 del equipo Porsche
Mejor suerte que los anteriores corrieron los camiones Mercedes-Benz 0317 que el equipo Porsche compró a finales de los 60 para transportar dignamente uno de los coches de competición más bonitos y a la vez más exitosos de la historia: el 917. Dos de ellos sobreviven en la actualidad. Y por supuesto el más icónico de ellos es el que aún luce los colores celeste y naranja del equipo Gulf.
El Volkswagen Bulli de Porsche
Unos años antes, en 1964, Porsche encargaba a Volkswagen seis unidades de su famosísima furgoneta con plataforma de carga plana. En este caso se trataba de realizar el transporte de los coches de carreras de Formula V que la marca de Stuttgart usaba para que los jóvenes talentos se iniciaran en la competición, pequeños bólidos con cilindrada y potencia limitadas.
Los Ford de la “Trans Am”
Ya se sabe que al otro lado del Atlántico son muy dados a los diseños llamativos y tampoco decepcionaron a la hora de diseñar vehículos clásicos de transporte de coches de competición. La Serie Trans-Am se creó en 1966 como un campeonato de constructores para berlinas y coupés modificados.
Su época dorada transcurrió entre 1968 y 1972, cuando se añadieron las 12 Horas de Sebring y las 24 Horas de Daytona, y los Mustang y Camaro clásicos competían a cara de perro. Para desplazarse, a menudo los equipos usaban estos camiones Ford C-300/500/600 con cabina basculante, que combinado con los muscle cars del momento daban una estampa espectacular.
La plataforma acristalada de Tommy Ivo
El piloto Tommy Ivo, muy dado a las excentricidades, fue más allá con una serie de vehículos de transporte acristalados, como éste de las fotos. El camión sobre el que se basaba esta construcción era en este caso un Dodge A100 (1964-1970) con la cabina situada sobre el eje delantero y parcialmente sobre el motor. El coche que transportaba estaba expuesto en todo momento al público, gracias a las paredes de vidrio. El facto de noche era aún más llamativo, cuando se encendían las luces interiores.
El Cheetah Transporter
Otro norteamericano, un tal Norman Holtkamp, quedó prendado del Mercedes-Benz “Blaues Wunder” que hemos visto más arriba y decidió hacer su propia versión para el transporte de coches de carreras en California Para ello tomó como base el chasis de un Mercedes-Benz W188 300 S accidentado y le cortó un poco la distancia entre ejes. A continuación le implantó un motor Chevrolet V8 de 283 pulgadas cubicas y partes de la carrocería de un Chevrolet El Camino.
Para 1961 el proyecto estaba terminado y recibió el rimbombante nombre de Cheetah Transporter. Sin embargo, al parecer el fascinante vehículo resultante no llegó a recorrer más de una 3.000 millas, ya que cuentan que era bastante inestable, sobre todo con la plataforma vacía o cuando se había dejado de llenar el tanque de agua que actuaba de lastre. Recientemente el Cheetah ha sido recuperado del abandono y está siendo restaurado.
El «Bonneville Boss«
Otro vehículo inspirado en el famoso Milagro Azul fue el «Bonneville Boss”. Diseñado para transportar el vehículo caza-récords “Proud American” de forma llamativa y así captar patrocinadores, este camión destila todo aquél interés setentero por la ciencia ficción.
Así lo confirman esa cabina avanzada, los ejes delanteros de dirección doble, el asiento central del conductor y la rampa operada hidráulicamente. Hoy en día el vehículo se conserva en perfecto estado, incluyendo su motor proveniente del Oldsmobile Toronado.
El Citroën SM de récord
Precisamente las salinas de Bonneville me dan pie para volver a Europa, de la mano de una colaboración entre americanos y franceses. A la hora de crear un bólido para batir récords en las salinas de Bonneville, Jerry Hathaway y su mujer Sylvia decidieron hacerlo con estilo – con mucho estilo.
Y es que no les bastó con modificar un Citroën SM para que alcanzara los 325 km/h, sino que crearon una versión pickup de otro SM para transportarlo. La combinación es espectacular y se puede apreciar hoy en día en el museo Petersen en California.
John Player Team Lotus ’73
Los de John Players Special están quizás entre las decoraciones de competición más icónicas, junto al de Gulf, Martini o Marlboro. Para la temporada de 1973, Colin Chapman encargó para su equipo Lotus un camión muy especial, cuyo diseño muy propio de los años 70 no carece de atractivo. Encargado a la empresa Marshal of Cambridge (Engineering) Limited, el diseño se basaba en un Leyland Leopard. Pintado en negro con las letras doradas, el resultados fue espectacular.
Ecurie Ecosse
La Ecurie Ecosse o Escudería Escocia fue un equipo de competición creado en Edimburgo en 1951 por el piloto David Murray y pasó a la historia por dos razones. Ante todo, logró ganar las 24 Horas de Le Mans en dos ocasiones, en 1956 y 1957, algo inverosímil para un equipo privado. Y en segundo lugar, Murray hizo pintar sus coches en un tono de azul muy especial y atractivo llamado Flag Blue Metallic paint pero la guinda del pastel fue pintar en el mismo tono el camión que los transportaba, un Commer británico con motor TS3, un tres cilindros (atención…) a 180º diesel de dos tiempos.
En los años 90, el coleccionista Dick Skipworth fue comprando los vehículos del ya extinto equipo, todos con sus colores originales de Ecurie Ecosse. Bonhams vendió la colección en 2013 por 8,8 millones de libras.
Los Fiat “Bartoletti”
Terminamos con el protagonista de la introducción, el camión que transportó los coches de carreras de Ferrari en su época más gloriosa. En 1956 la Scuderia encargó a la empresa Carrozzeria Bartoletti de Forlí la construcción de cuatro camiones para el transporte de automóviles. Dos de ellos se destinaron al transporte de los coches de carreras del Cavallino Rampante a los circuitos los de competición y los otros dos para los desplazamientos entre la fábrica de Maranello y los talleres donde se construían las carrocerías, Scaglietti y Pininfarina.
Bartoletti tomó como base para la preparación un camión Fiat 642 RN2 (lanzado en 1952) o bien un 682 RN2, conformando a partir del mismo una carrocería con doble plataforma y espacio para tres coches, piezas y habitáculo para los conductores. También los equipos de Maserati y Carroll Shelby usaron los camiones modificados convenientemente por la empresa italiana. Tres de estos camiones sobreviven hoy en día perfectamente restaurados: dos están en EEUU y otro en el museo de la técnica en Sinsheim, Alemania.
Epílogo
Aquel 19 de junio de 1966, bajo el sol del atardecer en Le Mans, los 14 preciosos Ferrari 330 P3 se dispusieron uno al lado del otro. Apenas se intuía el color rojo intenso de los bólidos, sobre todo de los dos que pudieron acabar, cubiertos con la suciedad de horas rodando en la pista: una pasta negra a base de hollín, aceite, limadura de frenos, agua de lluvia y polvo de la pista.
Equipados con gruesos guantes, los mecánicos se apresuraron a empujar los coches para subirlos a los camiones, unos enormes Fiat Bartoletti. Por delante, 1.200 km hasta la sede de Ferrari, donde al día siguiente se empezaría a trabajar en una venganza que nunca se pudo consumar.
DH
Fuentes:
Classic Driver: Arriving in style: 5 racing transporters that could outshine their cargo
95Customs: A Photographic History of Vintage Race Car Transporters
Jalopnik: The ten coolest race transporters
Veloce Today: Inside the Paddock: Racing Car Transporters
Speedreaders: Inside the Paddock: Racing Car Transporters at Work
Classic Driver: Inside the Paddock: Racing Transporters at Work
Macs Motor City Garage: Another Look at Vintage Racecar transporters
Slot For Dummies: Pegaso Bacalao, el Expediente X
Chrome Cars: 1960 FIAT BARTOLETTI 306/2 SHELBY COBRA RENNTRANSPORTER
Hemmings: After nearly 50 years apart, Cheetah Transporter heads into restoration
Hard Tuned: Lotus Transporters